jueves, 22 de mayo de 2014

Finde en Ainsa con KDD incluida

Llevo varias semanas sin publicar mis aventuras, la verdad que tengo algunas pendientes de documentar, pero voy a dejarlas para mas adelante y centrarme por ahora en la ultima; la excursión a Ainsa el fin de semana del 16 al 18 de Mayo. De momento el “bombardeo” mas grande llevado a cabo por los Palmerakuak, con casi 20 bikers rodando por los terrenos del Sobrarbe y sus sonrisas infinitamente sinceras, ya que ninguno era capaz de disimular su felicidad al disfrutar de esas pedazo de rutas y paisajes. No era coincidencia que ese mismo fin de semana fuera la KDD Enduro y la Enduro Race, sino que lo bien que nos lo pasamos el año anterior Zigor y yo hizo que este año volviéramos y ademas animáramos a nuestros compañeros de ruta a ir a gozar del centro BTT que tienen montado. Algunos no pudieron asistir, pero estoy seguro que tarde o temprano acabaran pasando por allí. 

Vete preparándote para un ladrillazo, porque este fin de semana dio para mucho. Si tienes que ir al servicio aprovecha antes de seguir leyendo, porque te va a dar tiempo a evacuar un par de veces. Ahí va, todabia no le he puesto fotos pero todo llegara.



KDD Enduro Ainsa 2014



Para siete de nosotros la aventura comenzaba el Viernes muy temprano, habíamos quedado a las siete de la mañana por lo que todos los trastos los habíamos dejado cargados desde el día anterior. Mientras nosotros íbamos de camino, los demás no tenían tanta suerte y sufrían la ultima mañana en su puesto de trabajo antes del deseado viaje.


Casi puntuales salimos dirección Ainsa. Hicimos la paradita de rigor para comprar pan y echar un café en el camino y llegamos a la hora prevista, mas o menos las diez y media de la mañana. Para cumplir el planning tendríamos que estar preparados para rodar a las once y media, hora a la que habíamos quedado previamente con un taxista de la zona que nos iba a remontar hasta “la Collada de la Ceresa” punto desde el que empieza una de las rutas especiales de la Zona Zero, la “Maxiavalanche de la Peña Montañesa”. No fuimos demasiado puntuales, pero el taxista hizo muestra de su paciencia con nosotros y nos espero con una sonrisa.


Cargamos las bicis y empezamos el “duro” ascenso a la collada. Fue todo un acierto esto del remonte, porque estoy seguro de que habríamos tenido mas de dos horas de subida ininterrumpida y con unas pendientes bastante perras. No quiero decir que seria una ruta demasiado dura, sino que nos vino bien reservar todas esas fuerzas para lo que nos quedaba de fin de semana porque queríamos aprovecharlo a tope, y este desgaste lo habríamos notado seguro.


El taxi nos dejo a unos 1500 metros de altura y Ainsa esta a unos 500. No por eso iba a ser todo cuesta abajo, si no que tuvimos unos cuantos repechos (ya contábamos con ello), pero en general la ruta tiraba para abajo por uno bidetxurras preciosos y entretenidos. El principio fue mas pedregoso, íbamos ladeando la Peña Montañesa cerca de sus paredes verticales por lo que nos íbamos comiendo pedregales de grava que hacían que la rueda delantera acompañara a la trasera derrapando. La verdad que no habíamos rodado por sitios asi demasiado a menudo, lo que al principio hizo que nos tuviéramos que adaptar a un terreno bastante desconocido para nosotros. Fue divertido aunque a alguno le asusto pensar que todabia quedaban 16km de ruta cuando ya habíamos tenido el primer susto, con una caída aparatosa que se cobro una maneta de freno y pequeñas secuelas para un tio duro como MikelDi, que no se echo para atrás y siguió disfrutando de cada curva y cada piedra como si nada. La maneta la arreglo enseguida el mecánico oficial (Zigor) en plan Mcgiver con unas bridas y cinta aislante. Poco a poco iba desapareciendo la grava y apareciendo pedrolos mas grandes según nos íbamos acercando a Oncins, donde el terreno estaba mas compacto y nos dejaba rodar mas a nuestro estilo.


A partir de Oncins, al principio había una zona con escalones y pedrolos bastante hermosos que enseguida dejaron paso a terrenos de bidetxurras totalmente flow. Después de disfrutar de una zona de bosque con curvas rápidas enlazadas llegamos a El Pueyo de Araguas desde donde empezaba el terreno margoso. Un para de repechos y llegamos a la típica zona de postal de Ainsa, esas zonas de margas de apariencia lunar en la que dimos mas de una vuelta y en la que no nos habría importado quedarnos todo el día, cogiendo peraltes y saltos suaves que nos hacían disfrutar como enanos.


Después del subidón que nos habían dado las margas, no podíamos acabar la ruta por la carretera así que en la medida de lo posible nos metimos por el río y resulto mas ciclable de lo que creíamos.


La ruta nos dejaba cerca del camping, pero primero fuimos a tomarnos una caña que ya nos habíamos ganado, y esta caña acabo de abrirnos el apetito. Ya en el camping montamos el chiringuito para un picoteo en la comida y la verdad que daba pereza levantarse en la sobremesa hasta para darse una ducha y echar la siesta. Yo me decidí por la siesta después de la ducha, mientras otros se quedaban a arreglar el freno malparado. Para cuando me desperté ya lo tenían todo en orden y poco a poco iba llegando la hora de ir a recoger las cosas de la inscripción a la KDD. La hora de llegada de los que habían trabajado por la mañana coincidió mas o menos con la hora de recogida de la inscripción, por lo que algunos nos juntamos allí y otros en el camping. Nos tomamos unas cañas y fuimos a organizar lo que nos tocaba al camping.

Para que todos hiciéramos la toma de contacto antes del Sábado, el día grande por así decirlo, habíamos planeado una pequeña nocturna de poco mas de una hora. Algunos nunca habían salido a rodar de noche asi que ademas de disfrutar por primera vez de Ainsa también comprobaron lo bonito que es rodar de noche. Antes de salir del camping mientras calentaba la bici en una falsa pedalada se cayo Jorrrr. Fue una caída tonta aunque aparatosa que en principio parecía que no seria nada y al final fue una brecha que le costo 3 puntos de sutura (mejor no saber donde). Así que Jorrr y Gar se quedaron en el medico mientras los demás salíamos a estirar las piernas. Subimos por la carretera hasta Pueyo de Araguas para bajar el tramo de margas que tanto nos había gustado a la tarde.



Con una sonrisa de oreja a oreja llegamos al camping a cenar, y ya se olía en el ambiente las ganas de que llegara la mañana para rutear durante todo el día hasta que las fuerzas flaquearan, aunque pendía de un hilo el que Jorrr se quedara sin salir del bungalow.


Para el Sábado las rutas elegidas eran “Miradores” y “Coda Sartén”. En el desayuno la preocupación era la situación de Jorrr que echándole dos huevos (nunca mejor dicho) se levanto animado y vino con todo el grupo a ver que tal le sentaba eso de dar pedales.


La ruta empezó con una subida por pista durante un kilómetro aproximadamente, para enlazar con un sendero que se ponía cada vez mas técnico y llegaba hasta la cresta de los “Miradores”. La parada allí fue obligatoria para disfrutar de esos parajes. Después de crestear durante un rato y legar hasta una torre que esta medio caída empezó la bajada, muy muy disfrutona. Tuvo unos cuantos tramos técnicos no demasiado complicados y otros mas rápidos que nos llevaron hasta el campping de Morillo de Tou. Allí pudimos reponer agua y comentar la bajada.


Desde aquí había que subir la Partara para volver a bajar a Ainsa, y esta subida también comenzó por pista. Hicimos una pequeña parada para agruparnos antes de empezar la zona dura en la que se sube por bidetxurra y ahí lo dimos todo para subir en fila india sin echar pie a tierra.


En la cima dejamos un poco de tiempo para comer algo y recuperar fuerzas y decidimos bajar por la Partara Express, una bajada mas vertical llena de curvas enlazadas, peraltes y algún que otro salto que hicieron que la bajáramos a cuchillo de una tacada. Al llegar abajo solo queríamos que no se hubiera terminado... queríamos mas, pero ya había llegado la hora de la comida y nos acercamos hasta un restaurante donde comimos unos espagueti y unas lasagnas que estaban tremendas.


Aqui se nos juntaron Gordo y Jabato, que habían andado a la mañana por la ruta Bajo Peñas y después de disfrutar durante toda la mañana todabia querían mas y se unieron al grupo para ir por pista a Boltaña ver un poco de la Enduro Race y volver por una ruta nueva: Coda Sarten.


En esta ruta, aunque me repita, también empezaba por pista con unas rampas importantes. Después seguía por un bidetxurra que tenia pinta de calzada antigua con tramos que parecía que no se podrían subir, pero el agarre de la roca de la Zona Zero una vez mas nos demostró que agarra hasta puntos que nunca habíamos visto, lo que nos ayudo a subir todos los pasos técnicos. Alguno tuvo que portear, pero incluso eso se hizo con una sonrisa en la cara.


La calzada nos llevo hasta un collado donde empezó a mezclarse el terreno margoso con el bosque. El primer tramo fue a través, con algunos repechos cortos de quitar el hipo y una vez en la cresta habia pequeños repechos tirando a bajada, tramo rápido sin demasiada complicación pero con unas series de curvas juguetonas que nos pedían soltar cada vez mas los frenos. Para acabar la cresta, unas curvas cerradas en pendientes desembocaban en una cresta de arena que imponía (creo que este era el tramo que llaman La Coda Sarten). No todos nos atrevimos a intentarlo, ya que alguno de los primeros se llevo un sustillo que daba a entender que no era un sitio para hacer tonterías. Con el subidón de haber pasado ese tramo expuesto el camino continuaba por un tremendo peralte natural que te lanzaba enérgicamente a una zona de flow para seguir cargando el cuerpo de adrenalina hasta acabar en la pista que nos llevaría primero a la Cruz Cubierta, luego a la Plaza de Ainsa pasando por el castillo y al final acabamos en el Abrevadero tomándonos una buena pinta.

Mientras estábamos en el Abrevadero, algunos (los que no habían estado en la zona de margas de Pueyo de Araguas) se animaron a hacer la ruta que habíamos hecho a la noche para poder disfrutar del tramos de toboganes y saltos que todabia no se nos había quitado de la cabeza. Al final nos juntamos todos en el camping para asearnos e ir hacia el polideportivo donde teníamos la cena de la KDD y la carrera.

En el polideportivo pudimos juntarnos con los de Morella y algunos otros de por aquí cerca que iban a correr la Enduro Race. Hubo un buen ambiente y buena comida ademas de cerveza, pero cuando empezaron los conciertos... tuvimos que irnos al camping, porque no estábamos lo suficiente borrachos para aguantar semejante espectáculo.


La mañana del Domingo empezó un poco caótica. Jorr tenia que ir al centro medico a revisar los puntos y los demás nos preparamos para rutear y dejar el camping. Hubo una salida en falso por algún que otro mal entendido, pero al final los del camping se enrollaron y nos dejaron dos bungalows hasta la tarde, para poder comer y ducharnos allí, después de aprovechar la mañana, y así salir todabia mas contentos rumbo a casa.


La ruta elegida era la de la Trilogía de San Vicente. En esta ruta se podían hacer 2, 3 o 4 subidas y bajadas, dependiendo de como fuéramos de tiempo. Pero esta mañana había salido al revesada y así continuaría con averías y pinchazos. Primero que si el cambio de Gar, que si un radio, que si pinchazo por aquí y pinchazo por allí... creo que entre todos andaríamos cerca de llegar a los 10 pinchazos en una mañana. Alguno debió de terminar con agujetas en el brazo de tanto inflar, porque aunque tenga pinta de que esta acostumbrado a hacer ese movimiento a menudo, me parece que cinco en una mañana es mucho hasta para un pro en pinchar como Pollito.

Pero no vamos a quedarnos solo con eso, todabia no he contado lo mejor de la mañana. Las subidas fueron principalmente por pista, aunque la segunda tuvo un tramo de carretera, pero las bajadas fueron otra vez increíbles, rápidas con algún tramo técnico, disfrutonas con el terreno perfecto. También hubo algún tramo a través con repechos que hicieron que apretáramos al máximo los pedales, lo que hizo que la ruta fuera completa. Pollito y yo por averías nos perdimos la ultima bajada, pero nos ganamos una caña mas y esperamos al resto a que hicieran el ultimo bucle en un bar cercano a donde llegaron todabia encendidos de la bajada. Allí hicimos el ultimo brindis del fin de semana celebrando y cerrando una aventura que para mi perdurara hasta el fin de los tiempos.


Poco a poco nos fuimos acercando otra vez al camping donde pudimos comer y ducharnos por ultima vez antes de recoger todos los trastos y agradecer el servicio recibido por los del Camping Ainsa, que una vez mas nos habían tratado como “en casa”. Ya tocaba rumbo a casa recordando cada ruta, cada piedra, cada curva, cada salto, cada sonrisa, cada gesto, cada birra... y todo esto gracias al trabajo que se han llevado los Ainsetanos preparando este centro BTT, convirtiéndolo en el mejor que he visitado de momento, pero no solo eso, no habría sido lo mismo si no hubiera tenido la compañía que tuve allí: SOIS TODOS UNOS CRACKS!!!